Profesora Muerte:
Estoy terminando apenas el primer curso de su materia. Déjeme ponerle una queja formal: es DEMASIADO material para ser visto, mucho peor aprendido, en tan solo un año de estudios. Y peor aún empezar dicho curso después de haber visto tantos otros cursos que contradicen siempre lo que usted tiene para enseñar.
Voy a poner una queja formal a la administración. Cómo es posible que esperen justo hasta el instante en que uno pierde a un ser querido para ofrecerle a uno el curso que usted enseña? Es como enseñarle a un torero a torear pero después de soltarle el primer toro. Por supuesto que va a salir corneado!!!
Pensándolo bien creo que parte de la culpa la tiene esa otra profesora a la que llaman "tabú". No hace sino darle mala fama a usted y le miente a todos diciendo que de usted no tenemos nada que aprender, es más, que ni siquiera nos debemos atrever a decir su nombre para poder ser socialmente aceptados y "normales".
A mí que ni me hablen de ese cuento de "normales", ya sé que es usted parte vital de la vida misma y es el elefante más grande de esta habitación llamada vida. En vez de durar "77"* años aquí tratando de ignorar dicha elefanta (perdón por el insulto) y correr el riesgo de que sin avisar nos meta usted un pisotón y nos fracture el alma, deberíamos aceptar su existencia y aprender a vivir con su incomoda presencia. Eso no tendría nada de malo, es más, imagínese usted cuantos más "te amo" diríamos a diario, cuantas llamadas y visitas le haríamos a nuestros padres, abuelos, hijos o amigos?
En fin, por mi parte trataré de ponerme al día con su materia. Aunque cuando no logro entender algunas de sus sesiones, me dan ganas de matarla a usted, prometo que trataré de aprender. Y el día que usted, profesora, elefanta en la habitación, le de por meterme otro pisotón, sabré correrme así sea un poco porque ya se que usted está ahí, ya respeto su fuerza y su tamaño.
Pensándolo bien, podría adivinar cual es la respuesta a su examen final: vivir y aprovechar no tanto la vida sino más bien a las personas que nos acompañan en el camino. Son estas personas las que más luz le dan a nuestra vida y las que más necesitaremos el día en que esa elefanta quiera volver a meternos un pisotón.
Con mucho odio y respeto,
Axel